Robin Hood (2010), de Ridley Scott.
Robin Hood de Ridley Scott es BUENA. Pese a que el director de Blade Runner no se atrevió con la muy superior idea de Nottingham, narrando los hechos desde el punto de vista del sheriff –y con el muy sugestivo looping de que tanto éste como Robin fuesen la misma persona–, el Robin hiperrealista y parcialmente deconstruccionista al que da vida Russell Crowe es, con diferencia, la mejor plasmación del personaje en el cine desde Robin y Marian, de Richard Lester.
El hiperrealismo como corriente narrativa dominante de la actualidad merece otro artículo aparte con suficiente trabajo previo, pero dejémoslo en una definición operativa: es un realismo formal que intenta ser más auténtico que la realidad mezclando naturalismo y espectáculo. Es falso realismo, un naturalismo retórico, que oculta sus trucos con sangre, sexo y suciedad. Es como funcionan La trilogía de Bourne, The Wire, The Ultimates, Los pilares de la Tierra, Lost o Juego de Tronos. El hiperrealismo es fantasía que pretende convencerte de que no usa efectos especiales.
De Robin Hood, mito anglosajón universalizado por el cine del siglo XX, hemos tenido versiones para niños, versiones románticas, versiones High School… Nottingham iba a ser la visión deconstruccionista pero, ojo, en realidad ya estaba hecha y se llamaba Robin y Marian, con un Sean Connery y una Audrey Hepburn perfectos por la leyenda que a ellos mismos los acompañaba ya entonces. En la de Scott hay un poco de deconstrucción y un poco de hiperrealismo. Lo primero existe, sobre todo, en el personaje principal. Lo segundo, en el falso historicismo del ambiente y en el guión.
El Robin Longstride –ojo, esto hubo un señor que lo tradujo como Trancos– de Scott es un soldado harto de la guerra, como los Héctor y Aquiles de Troya, aunque como es pobre, es un pícaro. Antes que nada, es un superviviente y un tipo duro de buen corazón, especialidad de Crowe, que hace de la contención su mejor baza, tanto en la batalla como en la burla. El giro de hacerlo noble y plebeyo al mismo tiempo con una suplantación de identidad, no es nuevo –estaba en Robin of Sherwood, serie británica de 1984–, pero funciona mejor que la versión pija y sin despeinar de Kevin Costner.
Es buena también por el hallazgo, probado por Scott en El reino de los cielos y que sólo han rozado producciones de alcance menos mayoritario, del desembarco de Normandía de Salvar al soldado Ryan versión medieval. Un falso naturalismo que funciona muy bien con los merry men y se va al retrete con Marian y los chicos de Sherwood. El historicismo se pierde más allá de retratar a Ricardo Corazón de León como el zumbado irresponsable que realmente fue y retratar la rebelión contra Juan sin Tierra como una pelea de los nobles por no pagar impuestos, en lugar los visos románticos del Robin original o Ivanhoe.
El reparto, por otra parte, es más que adecuado. Mark Addy clava a Fray Tuck, Max Von Sydow es un excelente Lord Loxley, Kevin Durand hace su personaje de siempre para completar un Little John macarra conforme al tono del filme, Mark Strong es que es así de mala gente aunque no actúe y rapta gatitos en su tiempo libre, que os voy a decir de William Hurt… Más arriesgados eran Crowe y Cate Blanchett en los papeles principales. A ella habrá que defenderla porque es perfecta para que Marian dé la sensación de ‘¿Qué hace una chica como tú en sitio como éste?’ que el guión pide. De él ya he hablado.
El Advenedizo
Robin Hood (Ridley Scott, 2010) es MALA porque… no, no es exactamente mala. Es decepcionante, mediocre e innecesaria, pero no mala. Primero, y sobre todo, no por lo que es, sino por lo que podría haber sido y jamás llegó a ser. Me refiero, por supuesto, al proyecto Nottingham. Para quien no lo conozca, Nottingham es el título no aprovechado de una magnífica idea que rondaba los estudios de Hollywood desde hacía años, sobre la que circulan dos versiones: la primera nos contaba la trillada historia del arquero de verde desde el punto de vista de otro personaje imprescindible: el Sheriff de Nottingham, que veía su apacible jurisdicción asediada por un peligroso, duro y oscuro Robin Hood. Para darle una vuelta de tuerca aún más interesante al asunto, Robin y el Sheriff hubieran estado interpretados por el mismo actor (recuperando el juego peterpanesco según el cual el actor que interpreta al padre de Wendy es siempre el mismo que interpreta al capitán Garfio). Yo hubiera visto esa película, que hubiera sido una reescritura postmoderna bastante interesante del mito. En la segunda versión el Sheriff, de nuevo protagonista, hubiera tenido un aire más detectivesco, investigando los crímenes de Robin, que en este caso hubiera sido la víctima inocente de una conspiración. También hubiera visto esta versión. Pero de ella sólo sobrevive en la aburrida versión de Scott el juego de intercambio de papeles Robin-Loxley, que es novedoso, pero no cumplió con las expectativas generadas por el proyecto.
En segundo lugar, Robin Hood es cargante porque responde de forma aburrida a la moda de presentar versiones "históricas" de los mitos de siempre. Pienso concretamente en la horrenda Rey Arturo que convertía al rey de Camelot, el inexpresivo Clive Owen, en un general romano y a Ginebra en una picta. Acepto el enfoque, a Merlín como druída-misterioso-guay y a los “caballeros”, pero no que me lo vendan como "la verdadera historia del rey Arturo". Eso me molesta. Poco tiempo después, llega esta Robin Hood desprendiendo el mismo tufillo de "yo, ahora, te voy a contar LO QUE DE VERDAD PASÓ", que no soporto. Defiendo y defenderé siempre las reescrituras, pero no me gusta que me tomen el pelo.
Mi principal problema se encuentra, sobre todo, en el reparto, desaprovechado o, directamente, erróneo (del que se salva, claro, Cate Blanchett, que es perfecta, haga lo que haga. Incluso en Elizabeth: La Edad de Oro, que es horror). Me da pena, por ejemplo, desaprovechar a Kevin Durand, que entonces estaba de moda, y que si no hubiera hecho Lobezno seguiría estándolo, como Little John. Pero, sobre todo, me da rabia Russell Crowe, que lleva años sin esforzarse y nos presenta a un Robin soso e indistinguible, de todo menos carismático. Pero, además, me suena... Es un soldado. Es un líder. Es honorable, tanto que le cuesta el destierro. Defensor de los débiles, buen tío en general, es... es... Un momento... ¡Es MÁXIMO!
Concretamente, MáximoDécimoMeridio,ComandantedelosEjércitosdelNorte,GeneraldelasLegionesFénix,lealservidordelauténticoemperadorMarcoAurelio,padredeunhijoasesinado,maridodeunamujerasesinada,yalcanzarémivenganzaenestavidaoenlaotra. Ese Máximo, sólo que un poquito menos cabreado.
Finalmente, Robin Hood tiene un grave problema: el villano. ¿Alguien se acuerda del villano de Robin Hood? ¿No? ¿Pero conocéis al Sheriff de Nottingham, verdad? Pues eso. En lugar de utilizar a los malos clásicos de la leyenda, o darles una vuelta de tuerca, Scott se medio-inventa a un nuevo antagonista, de nombre Godfrey, soso hasta más no poder, a pesar de ser interpretado por el genial Mark Strong (al que hay que ser muy torpe para desaprovechar; al último plano de El topo me remito). Pero, sobre todo, y aprovecho para enviar un mensaje a futuros adaptadores: por favor, sé clásico o innova, pero no te quedes a medias. Si vas a cambiar al malo, mi premisa como espectadora es: sorpréndeme. Haz que sea... no sé. Little John. O Fray Tuck. O Lady Marian, eso me hubiera encantado. Pero, sobre todo, alguien que ME IMPORTE. En fin, de esta película me gustó el final ("Y así empieza la leyenda"): De repente, la historia anterior parece cobrar sentido, porque no estábamos viendo "Robin Hood", sino "Robin Hood begins". Ah, que era una precuela. Estupendo. Magnífico. Entonces sí. El problema es que nadie me avisó.
Cpt. Flint Baker
EL DESAFÍO es una nueva sección de Continuará... en la que, periódicamente, varios de nuestros redactores presentarán sus argumentos a favor y en contra de algún artefacto concreto de la cultura popular. Esperamos que toméis partido tanto en los comentarios como en las redes sociales.
Continuará...
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Ramon Vidal (jueves, 24 mayo 2012)
Robin Hood es tan mala que estoy seguro de que tiene algo que ver con el holocausto.
El Advenedizo (jueves, 24 mayo 2012 09:10)
Pero argumentalo y vota en la encuesta, no seas marica...
Ramon Vidal (jueves, 24 mayo 2012 13:16)
No solo he votado sino que te voy a dar un argumento completamente objetivo.
No soy partidario de la censura pero en el caso de Robin Hood estaria dispuesto a hacer una escepcion.
El Advenedizo (jueves, 24 mayo 2012 13:18)
Pero, ¿por qué?
Ramon Vidal (jueves, 24 mayo 2012 14:43)
Por el guion maldita sea.
Al principio parace que va a ser una pelicula de granujas y timadores con un aire epico, lo cual todo sea dicho no esta mal, y repentinamente el tipo recuerda no solo que es el unico campesino que sabe leer sino que su padre era un revolucinario, cosa que olvido con el despiste de la primera hora de pelicula que va de una cosa completamente distinta.
El uso de los franceses es completamente falaz maxime teniendo en cuenta que Ricardo Corazon de Leon, en esta pelicula rey super ingles, a penas hablaba la lengua de Shakespeare.
La escena del desembargo es terriblemente cutre y no habia visto un reclutamiento tan lamentable de un ejercito desde las guerras clon.
Las mujeres combatiendo estan genial en peliculas de ciencia ficcion y fantasia pero NO en cine historico.
¿Sigo?
Cpt. Flint. Baker (jueves, 24 mayo 2012 15:06)
Hombre, tanto como ciencia ficción... ¿Te suena Catalina de Araújo, la monja alférez? http://es.wikipedia.org/wiki/Catalina_de_Erauso Cierto, es una excepción, pero seguro que hubo más que no conocemos. En cualquier caso, estoy (evidentemente) de acuerdo contigo. Es mala. O, como decía, decepcionante.
Ramon Vidal (jueves, 24 mayo 2012 16:21)
Reconozco que me he pasado refiriéndome a lo de las mujeres en el genero histórico.
En la historia ha habido muchos ejércitos en los que no se hacían distinciones de sexo, me viene a la cabeza algunos enemigos de los romanos como los pictos o los sármata. En esta misma época la madre de Ricardo comando ejércitos contra su marido, pero eran individuos extraordinarios que han pasado a la historia, y no subtramas feministas que suelen asomarse siempre en películas históricas de calidad e historicismo cuestionables.
El Advenedizo (jueves, 24 mayo 2012 16:29)
En realidad no lo recuerda, se lo tiene que recordar Lord Loxley, pero vamos... Lo de Marian comandando a los chico de Sherwood si que es absurdo, el reclutamiento es menos chorra de lo que parece y... en serio, lo del historicismo es mejor no pensarlo mucho. La caracterización de Ricardo es menos mala que la inmensa mayoría de las que ha tenido (siempre es "superinglés", pero es que además es un rey eficiente, te cagas) y los franceses como malos es un recurso un poco conbardica, eso sí, porque lo suyo es que fuesen los hombres de Juan los que van por ahí matando gente. Y sigue siendo una historia de picaresca con toques épicos, el tema es que al final se les queda a medias explicarte porque el #OccupySherwood es tan ácrata.
Laura (jueves, 24 mayo 2012 16:44)
escepcion? o excepción - Disculpa Ramón, pero me duele la vista con esas faltas de ortografía, por no decir de los acentos que te los comes casi todos.
En cualquier caso, yo disfruté con la película. Me gustan los actores, me gustó la ambientación. La disfruté mucho y si me paso un buen rato en el cine viendo una poelícula, para mí, es suficiente.
laura (jueves, 24 mayo 2012 16:45)
Perdón, se me ha ido la mano: película.
Ramón Vidal (jueves, 24 mayo 2012 19:54)
Yo creo que Ridley Scott crea mundos fantasticos con un aire historico y pueden tocarte la patata o no.
Por ejemplo Gladiator tiene una vision de Roma un poco raruna y no acorde del todo con los años de reinado de Comodo y sin embargo a mi me gusta mucho tanto la historia como su Roma.
Y casi que te digo que me pasa 3/4 de lo mismo con la Tierra Santa del Reino de los cielos.
El Advenedizo (jueves, 24 mayo 2012 20:17)
Hombre, pero a ver, a una peli de Robin Hood, que es ahistórica por definición, se le permite la licencia (otra cosa es que quieran ir de guays, como en el caso de El Rey Arturo, en plan, escucha bien que esto es la verdad de la buena). A Gladiator y El reino de los cielos, que van de didácticas, pues como que no. Aparte, Gladiator descarrila en muchos más aspectos aparte de las "licencias", y El reino de los cielos es peor todavía por lo completamente inverosimil que resulta el protagonista. Y los malos son demasiado de caricatura, hasta el Godfrey medio inglés medio francés de Robin es más sutil.
Ramón Vidal (jueves, 24 mayo 2012 20:58)
Yo te digo solo que con la misma idea de "constitucionalismo" me parece mucho más divertida El templario. Va todo el rato de lo mismo y sale Paul Giamatti haciendo de rey cabreado.
Masticating Juicer (jueves, 18 abril 2013)
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