La pasada madrugada, hora española, del miércoles al jueves se presentó en sociedad la futura y flamante PlayStation 4. Por temas supersticiosos se pensaba cambiarla de nombre pero finalmente la marca PlayStation mucha marca es, así que lo único nuevo en su nombre es un escueto "4". Pero lo cierto es que de tan soñada máquina sólo se vio eso (un número), el que será el nuevo mando, muchos datos técnicos "apabullantes" (lo destaco entre comillas porque es un eufemismo, ya me explicaré más adelante) y muchos vídeos demostrativos de impresión.
¿Mereció la pena tanto hype previo? Y es que durante la semana antes del evento de Nueva York, donde se hizo pública tan ansiada noticia, Sony demostró una gran maestría al dosificar los rumores y consiguió impedir cualquier tipo de filtración (aunque estuviera cantado que sería PS4), algo extremadamente difícil en los tiempos que corren, pero que provocó el previsible aumento hasta cotas estratosféricas de las expectativas de las masas. Al final los jugones nos hemos llevado una gran decepción. Queríamos VER la nueva máquina...
Ahora bien, pensándolo ya en frío, varios días después, las conclusiones que uno puede sacar de todo esto son varias. Por un lado, Sony mueve ficha antes que Microsoft pero lo hace en falso para provocar que éstos piquen y anuncien una nueva Xbox antes de tiempo. Si es así, Sony podrá replantearse la consola y mejorar la oferta de Microsoft argumentando que la máquina aún estaba en desarrollo. Nos han dado unas especificaciones técnicas, sí, pero qué más da. Para empezar aún siendo potentes no son increíbles, es decir, el PC sigue y seguirá estando por encima y, saque lo que saque Microsoft, Sony podrá tratar de contrarrestar cualquier eventualidad. Todo esto son hipótesis y depende de los movimientos de las compañías, pero lo que me queda claro es que Sony el pasado jueves nos vendió humo. Humo muy bonito, si, pero humo en el fondo.
Parece ser que la nueva consola no será retrocompatible con los juegos actuales. Esto, a estas alturas, molesta. Teniendo en cuenta que la evolución tecnológica es cada vez más rápida es lógico pensar que la vida media de un consola vaya reduciéndose (aún pienso que compré mi PS3 ayer). Por tanto, un juego que compré hace tres años no podré usarlo en una nueva máquina de la misma empresa. Una máquina que, por cierto presume de ser, la estación multimedia definitiva... Es como comprar un bote de engrasador 3 en 1 y sólo poder engrasar las bisagras de la puerta del cuarto de baño, para la de salón compre 3 en 1 PLUS... En fin, que no van a parar de sacarnos los cuartos.
Gráficamente es una pasada, no hay por qué negarlo. Los videos de demostración son increíbles, llama la atención el trailer de Deep Down, con el motor gráfico Panta Rhei. Pero, como ya he dicho, los PC siguen a la vanguardia en este apartado. No hay que irse a finales de año (época en la que supuestamente saldrá PS4) para disfrutar de gráficos punteros. Ahí tenemos Crysis 3. Ahora bien, dentro del sector profesional todo parecen ser críticas positivas. Parece ser que es fácil y cómodo programar para la consola, asignatura pendiente de PlayStation desde siempre que parece que por fin se ha tomado en cuenta desde Sony. Si es así: ¡bravo!
Mi conclusión es clara: para mí es pronto para una nueva generación. Aún estoy disfrutando grandes juegos en PS3 como Ni no Kuni o Assassin's Creed 3 y esperando como agua de mayo The Last of Us. Siempre he sido de los de comprar la nueva PlayStation el día de su lanzamiento cueste lo que cueste (soy de la Play) pero esta vez siento que la PS3 no ha sido explotada al máximo aún. Por lo tanto cambiare de táctica por una vez y me esperare un par de años.
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Ramón Vidal (viernes, 01 marzo 2013 10:09)
Yo como usuario de Play de toda la vida pienso parecido a ti sobre la falta de explotación de la 3. De todos modos el salto generacional más que marcarlo Sony en general lo marca Nintendo que saca siempre sus consolas de ultima generación un año antes de que todas las demas compañias den el salto a la generación siguiente.